jueves, 17 de marzo de 2011

La Canasta del Diablo: El Olvidado


El chirriar de las máquinas de aquella imprenta podía opacar hasta los de una rata en agonía. Pero esta la de más clientela en aquel poblado, incluso las regiones aledañas; el dueño era a un joven, era difícil notar los 30 años que tenía...
Más bien parecia de 25 con esa cara de bebé que tenía un gran atractivo entre las mujeres y por lo mismo no se ve casado con una, sus padres dejaron por herencia el negocio el cual tuvo que aprender a manejar cuando decidieron pasarse sus últimos días en la ciudad de Miami. Ese día había sido feriado por lo cual nadie había ido al trabajo pero han aprovechado para realizar un inventario del local, había telefoneado a Maggie, la pelirroja de la cafetería... su nueva conquista estaría ahi dentro de tres horas, estaba tan absorto en el inventario que tardo en reparar en aquel ruido proveniente de... ¿dónde? Fue entonces cuando dejo el libro y tomó la pistola oculta dentro de su escritorio - ¿quién anda ahí? Por respuesta sólo obtuvo el mismo murmullo, siguió con sus pasos lentos tratando de no hacer ruido, y fue revisando pieza por pieza sin éxito alguno, agudizó los sentidos tratando de ubicar la procedencia de aquellos ruiditos, pegó su oído en la pared hasta que reparó en la vieja imprenta que hacía más de 30 años que se había arrumbado rincón del negocio y lo que escucho al instante le asombró tanto ya que al seguir el sonido lo ubicó justo debajo de la máquina y al parecer era una voz... ¡humana! - 2526 borregos brincaron acerca... 2527 borregos brincaron acerca... Charlie se retiró sobresaltado de aquel rincón, lentamente volvió a acercarse para escuchar - 2530 borregos... - ¡maldita sea! Y Charlie - ¡hay alguien alla abajo! - sonrió nerviosamente - ¡je, je je! Recordó que las herramientas estaban en la covacha de atras y corrió por una pala y un pico, rápidamente comenzó la faena casi al instante se cortaron los murmullos parando también en su labor y se preguntó ¿lo habre imaginado? E hizo sonar la pala contra el piso tres veces recibiendo tres toquidos - ¡amigo, aguante voy por usted! Media hora después Charlie llegó a su meta... el lugar sólo tenía una bombilla que alumbraba un cuarto que a pesar de ser humilde estaba limpio, en el había un agujero y al parecer estaba conectado al drenaje principal, una mesa de madera, una silla, una cama vieja, un espejo, un cerro de basura en la esquina contraria y un tubo de aproximadamente cuatro pulgadas de diámetro el cual proporcionaba oxígeno al interior de la cámara, tan metido estaba en aquella observación que se sobresaltó por la aparición de un anciano cabello maltratado, semi calvo con la dentadura dañada por la falta de higiene, extendiendo su arrugada mano con las uñas sucias hacia el - Robert Sheldon... pero puede llamarme Bobby, algo repuesto del susto respondió - Charlie... Charles McCarthy - ¿no gusta una taza de té Charlie... Charles? Aunque usted no lo crea tengo las tomas de agua fría y caliente aquí mismo - solo que me garantice que me bajara el espanto y promete una plática para aclarar todo esto -! Oh, por supuesto! Comenzó a servir el humeante té en una taza de porcelana - tiene mucho que no platico con nadie... muchos años - ¡Ah, gracias! ¡Esto está muy caliente! - ¡claro! La única manera de disfrutar un buen té caliente ¿no lo cree? - así es pero... ¿cómo es que dice que lleva años aquí? - si he sobrevivido tantos años es por un personaje anónimo que me envia comida a través de este tubo y por el tratado de comunicarme con alguien pero con el ruido de la imprenta eso es casi imposible y entonces empieza a contar borregos para no desesperarme - ¿pero cómo llegó aquí? -bueno... mientras platicaba rodeó la mesa acercándose a donde Charlie dejó las herramientas y tomó el zapapico sin que éste se diera cuenta - ¿pues usted es McCarthy, no es así? ¿El único hijo de Anton McCarthy? - afirmativo ¿pero el que tiene que ver con todo esto? - casi nada, esta imprenta la comencé cuando logré juntar un capital hasta que un día llegó este vago... su padre, lo ayude a vestirse y comer bien y hasta dejé que invirtiera parte de su dinero para hacerlo socio hasta que el me engañó con mi esposa entre los dos malditos planearon quitarme mi negocio y para que no quedara huella de su fechoría decidieron encerrarme aquí hasta que me pudriera si no les firmaba el documento cediendoles la posesión del mismo, fue en esa cena aniversario cuando mi esposa: tu madre, me emborrachó y apareció Anton, cuando comprendí ya era demasiado tarde ya que no tenía fuerzas para defenderme - aquí la voz se le quebró- lo demás ya lo sabes he estado aquí por casi 30 años - ¡eso es mentira! Charlie volteó para abalanzarse sobre Bobby, quien de un rápido movimiento incrusto el pico en el cráneo de este, dejando una chorrera de sangre sobre el cuerpo que emitió sus últimos reflejos en el piso. Habían pasado casi tres horas desde que Charles, había llamado a la mesera cuando el anciano acabo de colocar la vieja imprenta donde estaba, sobre su hogar en los últimos años. Al salir del local se topó con Maggie, en la calle y le saludo: - buenas noches ¿esta Charlie? - buenas noches preciosa, lo ignoro; pero si está esperando por usted de seguro estará muerto de ansiedad - gracias, pero al parecer el no piensa lo mismo que usted ya que no veo luz en su oficina, será mejor que me vaya ¿no quiere que lo lleve algún lado? - se lo agradezco, pero estoy por hacer un largo viaje a... Miami - ¡oh,que envidia! Pues entonces hasta luego - hasta luego. Y el anciano comenzó a caminar por aquella carretera oscura... - un borrego saltaba la cerca... dos borregos saltaba la cerca...

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