sábado, 20 de noviembre de 2010

La Canasta del Diablo: Síndrome de inteligencia

Desde niño siempre se me trató como un ser raro, la primera vez que note lo diferente que era, fue al verme al espejo, cuando tenía 10 años; la imagen que me devolvió ese pedazo de cristal no fue nada agradable, supe lo que era ser un síndrome de Dawn, por mi reflejo.

Las palabras "loco" o "monstruo" eran captadas por mis oídos infinidad de veces de gente que llegaba escupírmelas con un odio que nunca comprendí. Mis padres nunca quisieron tener otro hijo porque temían que pudiera ser como yo, y eso me atormentaba, lloraba en las noches mi desgracia y en lugar de recibir una palabra de consuelo mi mamá me inyectaba una droga que me hacia caer en un sueño profundo, ya que, según le habían dicho, mi estado depresivo se debía a fallas en el sistema nervioso.

Era hilarante ver cómo me llevaban con un idiota que se decía "psicólogo" y me hacía preguntas ineptas sobre mi persona tratando de descifrar cosas que más bien parecían incógnitas en su propia cabeza, lo cual me hizo pensar que un loco que estudia psicología es tan peligroso como un asesino que estudia criminología, o incluso algo peor.

Sea cual fuere el caso llegó un momento en que las rutinas con cubos, manchas, cuestionarios y dibujos me aburrieron y tuve que recurrir al truco de "el retardado psicópata" así pues un día me le lancé encima y le apreté el cuello, no con la suficiente fuerza para matarlo, pero sí para ponerle morada la faz de por sí ridícula, funcionó tal y como lo esperaba, no volvió a querer saber de mi.

El nuevo especialista resultó ser un anciano que parecía estar más acorde con su profesión, era menos rudo y más brillante en sus cuestionamientos; hablamos de Dios: -¿qué es para ti Dios? -El creador de todo -¿lo odias por tu... situación? -No, pienso que él pone a prueba la fe de sus hijos, además quizá sea torpe para unas cosas no son muy listo en otras, he llegado a pensar en que soy un elegido -... -sí doctor, mire a su alrededor mientras camina por la calle quizás le ignoraran, pero alguien como yo lo voltean a ver, el oro es el metal más valioso por su rareza ¿o no? -Me asombras, hijo.

Realmente llegue a considerar a ese psicólogo un amigo porque había libertad de expresión en cada una de las pláticas que sosteníamos, tiene una mentalidad muy abierta. Tengo recuerdos vagos de iglesias muchas de ellas con mucho colorido y sonidos, otras más serias y oscuras; imágenes de brujos y curanderos a los cuales mis padres acudían para lograr que yo fuera "normal" hasta que desistieron, ya que los pensamientos dejaron de grabarse mi mente durante la infancia.

Sobre el asunto de los elegidos, lo confirmó nuevamente, mi nombre aparecen las primeras planas de los diarios locales, sólo porque libré a papi y mami de su sufrimiento a causa de la situación económica por la que atravesaban, tanta inversión en la búsqueda de una cura para mi rehabilitación los había arruinado y en muchas ocasiones los oí llorar juntos en las noches a través de la pared de mi cuarto.

Tomé el cuchillo de la cocina, esa noche había truenos y una lluvia incesante caía raudales sobre la casa, como si un ejército de ratones estuviera devorándola, una imagen que me asusta un poco, pero tenían la misión que cumplir.

Casi no me esforcé ya que el artefacto estaba bien afilado, primero realice un tajo en el cuello de mami que por el asombro sólo parecía preguntar con los ojos ¿qué pasa? Papa sentir el movimiento se abalanzó hacia mi lo cual facilitó mi faena, sólo levanté el arma y se clavo en su corazón debido a la fuerza con la que reaccionó, después marque el número de la policía.

El jurado determinó que mi estado me daba la oportunidad de seguir con vida en una institución mental perpetuamente, me molesta saber que incluso esos imbéciles no supieron reconocer que el único síndrome que tengo es "síndrome de la inteligencia".

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