lunes, 17 de diciembre de 2012
Asesinos en masa: Tiroteos en escuelas de los Estados Unidos
La mayoría de niños que han disparado en las escuelas de Estados
Unidos no pertenece a bandas callejeras, ni a hogares violentos, ni
son psicópatas.
Muchos sufrieron acoso escolar o fueron amenazados y más de la
mitad tenían deseos de venganza por este motivo.
La violencia en los niños es como un proceso complejo que se va
construyendo a lo largo del tiempo.
El asesino en masa se define según el FBI como el acto de matar
cuatro o más personas al mismo tiempo o en un corto intervalo de
tiempo sin espacio de reflexión entre los asesinatos.
A diferencia de los asesinos en serie el asesino en masa no suele
tener un motivo sexual.
A menudo los asesinos en masa se quitan la vida, por lo tanto no
hay posibilidad de entrevistarlos y poderlos analizar de cerca.
Alrededor del 95% de los asesinos en masa son hombres.
Parecen ser personas normales a simple vista aunque por dentro
suelen ser personas con mucha negatividad y resentimiento.
Estos individuos toman un arma y tratan de matar a tantas personas
como sea posible, están furiosos, humillados, resentidos, tienden a
ser rechazados en sus relaciones románticas o sexuales, son
paranoicos y tienden a la depresión.Desarrollan sus fantasías de
matar en masa durante meses o incluso años, almacenan
municiones, planean la masacre hasta que finalmente lo llevan a
cabo.
Muchos de ellos no son detectados por la policía, tienen una vida
muy normal, pero hacen cosas que nadie podría imaginar.
Hay casos en los que no se trata de personas a las que “bullearon”
o que sufren, sino buscan situaciones así para engrandecerse a si
mismos.
Para Descartes, filósofo francés; el odio transcurría luego de una tristeza. Hume otro filósofo de Escocia; lo
describió como la insatisfacción con respecto al otro. Donde el placer
del rival podría producir su dolor y el dolor del rival podría producir
su placer.
Para Lombroso, un criminólogo italiano; el delincuente es una subespecie humana inferior,
atávica, producto de una fase de regresión a estado salvaje, que los
convierte en criminales natos, esto es, predispuestos al crimen.
En un crimen hay dos protagonistas, el asesino y su víctima, entre
ellos hay una relación, el asesino usa a la víctima para narrar su
historia, para satisfacer sus fantasías personales pero también para
dejar constancia de su relación con el mundo. Y es en esta relación
donde se refleja más su personalidad.
La tentación de generalizar y englobar todas las masacres
acontecidas en el ámbito escolar bajo una misma lectura, que
propiciaría la “comprensión” de los hechos y su posibilidad de
“prevención”, provoca el borramiento de la subjetividad. No es
posible aventurar que en todos los casos las motivaciones del
ejecutor del acto sean idénticas; por el contrario, es necesario
detenerse en cada caso e intentar leer lo que a ese sujeto le ha
sucedido.
Lo incomprensible, lo que resiste a toda posibilidad de simbolización,
caracteriza el pasaje al acto psicótico: en él no existen “las razones
de la razón”, sino que la “sinrazón” gobierna al sujeto. Del mismo
modo, resulta difícil anticipar el hecho, dado que el momento y el
motivo de desencadenamiento son imprevisibles.
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