¿Hasta cuándo dejaremos de escuchar que la culpa de la situación actual del país es de los ciudadanos representantes del pasado?
Excelente fue, pues, el discurso de campaña que llevo al actual presidente mexicano, a ganar de manera avasalladora las pasadas elecciones en 2018.
Sin embargo, en los términos de política actuales enviciados por redes sociales que todo lo basan en sarcasmos y chismes de lavadero, la bravuconería se ha impregnado como un signo maldito en los representantes populares cuyo alter ego es un reflejo de las masas esclavizadas que ven a una persona capaz de llevar a cabo aquellas hazañas que en su existencia acorralada ellos se sienten incapaces de llevar a cabo.
Luego entonces, en las conferencias mañaneras, solo respiramos los viejos clichés electoreros, donde el enemigo está alla fuera y los buenos solamente somos nosotros y aquellos que nos siguen.
Respuestas vagas, "no tengo esa información o "estamos trabajando", nos dejan ese vacío informativo y transparente, sobre como está dirigiendo el país Andrés Manuel Lopez Obrador.
Ya no necesitamos ouijas que nos mencionen de fantasmas del pasado, hablando ya en esos termimos supranaturales, lo que necesitamos es un oraculo de soluciones a los problemas vigentes sean producto de este o gobiernos anteriores.
Vamos por conferencias mañaneras que nos hablen de historia, pero de una historia que se va construyendo con los valores y sociedad actual que nada tiene que ver con las de Emiliano Zapata o Benito Júarez.
De lo contrario, se pierde la objetividad de informar las actividades de publico empleado que recibe poco más de ciento mil pesos de nuestras aportaciones tributarias, vamos por una realidad donde hay cosas que se pueden cambiar y otras no, no vayamos por una reunión casi religiosa donde el pastor tiene la última palabra y la verdad absoluta, donde su dedo y lengua inquisidoras señalen quien es puro y quien es pecador, quien es perdonado y quien no.
Necesitamos, saber los modus operandi de la administracion pública de elite que tiene en sus manos el destino de millones de mexicanos, cuyas necesidades son tan variadas como las distintas entidades y etnias que conforman el territorio nacional.
Ser honestos con la actitud servil, por ejemplo, con los Estados Unidos, en los temas de migración y libre comercio solo por citar algunos.
¿Muy pronto para calificar? Para muchos estudiosos, cien días son más que suficientes para dejar ver como será el resto del periodo de duración presidencial de un individuo, con la investidura más alta que puede dar el pueblo de la República.
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