lunes, 1 de diciembre de 2014

Gadget

Un gadget es un dispositivo que tiene un propósito y una función específica, generalmente de pequeñas proporciones, práctico y a la vez novedoso. Los gadgets suelen tener un diseño más ingenioso que el de la tecnología corriente.
Aunque en español se emplea en círculos tecnológicos por influencia del inglés, y el diccionario de neologismos de Manuel Seco lo recoge como dispositivo electrónico, no viene recogida en el DRAE de la Real Academia Española. El diccionario de uso de María Moliner lo recoge sin ese significado más moderno. -Migthytec.
Aunque descartado el juanjo por el experto, según la etimología popular, su acuñación bien a 1884-85 por la empresa Gaget, Gauthier & Cia, encargada de la fundición de la Estatua de la Libertad que, al acercarse la fecha de la inauguración, quería algo de publicidad y comenzó a vender reproducciones de la famosa dama a pequeña escala.
Asimismo, el Oxford English Dictionary, basándose en fuentes anecdóticas, lo data en la década de 1850, posiblemente del francés gâchette, un mecanismo de cerradura, o de gagée por herramienta. La primera aparición impresa de gadget es de 1886, en un libro de Robert Brown, Spunyarn and Spindrift, reflejando su uso por marineros para referirse a un objeto cuyo nombre no recuerdan.
Por otra parte, el término gadget adquiere significado específico en el campo del psicoanálisis, cuando durante la segunda mitad del siglo XX, el psicoanalista francés Jacques Lacan pasa a emplearlo para referirse a los objetos de consumo producidos y ofertados como «deseos» por la lógica capitalista - en la cual están incluidos el saber científico y las tecnologías en general. Entre estos gadgets, dice Lacan, se encuentran los «sujetos mercadería», aquellos que incorporan de forma algo psicótica una actitud de objetos de consumo breve y que, por eso, invierten sus energías en probarse consumibles o deseables a los ojos de eventuales pares o a los del mercado, eje de su comportamiento. Bajo la perspectiva lacaniana, estos sujetos mercadería no son de hecho sujetos, ya que consumen otros «objetos» y se ofertan al consumo como «objeto»s, no al establecimiento de lazos sociales.
La primera bomba atómica fue llamada Gadget por los científicos del Proyecto Manhattan, al ser experimentada en la Prueba Trinity.
En ficción, son populares en las películas de espías, especialmente en las series de James Bond o en las series de Iron Man y Batman, dependientes siempre de sus equipos. Otro personaje célebre de los dibujos animados dotado de un surtido de gadgets, era el Inspector Gadget.
Otros sinónimos posibles y acaso más adecuados son trebejo, artilugio, utilidad, aparato o herramienta.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Groupies

Groupie , en el sentido estricto de la palabra, es una persona que busca intimidad emocional y sexual con un músico famoso. Sin embargo, este término también se aplica a una joven admiradora de un determinado cantante o grupo musical, a los que sigue incondicionalmente. Este concepto está relacionado con el de fan. "Groupie" deriva de grupo en referencia de un grupo musical, pero la palabra también es utilizada en un sentido más general, especialmente en el lenguaje coloquial. En este sentido el término 'Groupie' , que son chicas que se acuestan con ídolos musicales y luego se jactan de ésto en reuniones con sus amistades. Sin embargo una 'Groupie' no es necesariamente una mujer que se acuesta con una estrella musical, ya que éstas pueden llegar a pasar de ser unas simples admiradoras a amigas del cantante o grupo o incluso pareja estable.
Las mujeres groupies tienen una larga reputación de estar siempre disponibles para celebridades, estrellas pop, estrellas de rock, y otras figuras públicas. El cantante Robert Plant de Led Zeppelin es citado por distinguir entre fans que quieren sexo ocasional, y "groupies" que viajan con músicos durante varios períodos de tiempo, actuando como una novia sustituta o madre, a menudo cuidando los valores de algunos músicos, drogas, ropa, y vida social. Nancy Spungen, que se convirtió en la pareja de Sid Vicious de Sex Pistols, es un ejemplo; mujeres adoptando su papel a veces son referidas como "esposas de ruta". Cynthia Plaster Caster y The GTOs, con Pamela Des Barres, en particular, como la mujer portavoz, son probablemente las groupies más conocidas de este tipo. Otro tipo de groupie eran las chicas jóvenes y adolescentes que dominaron la escena detrás del escenario en los años setenta, a veces referidas como "Baby Groupies" por algunos músicos. Estas chicas comenzaron a ir detrás de los escenarios cuando tenían catorce años de edad. Las más conocidas de este grupo fueron Sable Starr, Lori Maddox y Geraldine Edwards, que fue la inspiración para Penny Lane en Casi famosos.
Des Barres, que escribió dos libros detallando sus experiencias como groupie en I'm With The Band y Take Another Grows Up. Su libro más reciente, Let's Spend the Night Together, es una colección de entrevistas variadas con las groupies clásicas incluyendo a Catherine James, Connie Hamzy, Cherry Vanilla, Dee Dee Keel, Margaret Moser, y Patti Johnsen como también groupies modernas como Mandy Murders, Lexa Vonn y the Plastics. Des Barres, que se casó con el actor y estrella de rock, Michael Des Barres, también convenció a la actriz Tura Satana, Bebe Buell, la actriz Patti D'Arbanville y Cassandra Peterson, más conocida como Elvira, Mistress of the Dark para hablar sobre sus relaciones con músicos.
De acuerdo al libro de Des Barres, hay por lo menos un hombre groupie verificado, Pleather, que siguió a celebridades mujeres como Courtney Love y miembros del grupo The Bangles.
"Apple Scruffs", del álbum de George Harrison All Things Must Pass, se refiere a Apple Scruffs, un grupo de chicas adolescentes que replantearon las oficinas de Apple Corps de The Beatles, Abbey Road Studios, y la casa de Paul McCartney, a menudo durmiendo afuera en una intemperie de mal tiempo, esperando ver a algún Beatle. La canción "She Came in Through the Bathroom Window" de The Beatles, se refiere al día que algunas Scruff treparon la casa de Paul McCartney a través de una ventana de baño y entraron en su armario para tomar un par de pantalones, que se turnaban para usar. También tomaron una fotografía enmarcada, que más tarde regresaron por petición de McCartney. La película Casi famosos trata sobre la vida de groupies. En 1970, Groupie Girl fue lanzada por American International Pictures y fue escrita por el director Derek Ford y Suzanne Mercer basado en las experiencias de Mercer como groupie.

Ya me cansé

Buen Fin II

Buen Fin I

viernes, 7 de noviembre de 2014

Thirty three 1/3

 Rotulado como Thirty Three & 1/3 es un álbum de estudio de George Harrison publicado el 19 de noviembre de 1976 en Inglaterra y Estados Unidos

Tras finalizar su contrato con EMI al publicar Extra Texture (Read All About It) de 1975, Harrison firmó de inmediato con Dark Horse, bajo la distribución de A&M Records

Sin embargo, la afección de hepatitis que sufría Harrison por entonces retrasó la grabación del disco hasta mayo

A & M demandó al músico por no cumplir el contrato

Pocas semanas después, Harrison firmaba otro contrato con el sello discográfico Warner Bros. Records

El lunes 24 de mayo de 1976 George empieza a grabar Thirty Three And A Third en su estudio de Friar Park

Thirty Three & 1/3 brindó a Harrison las mejores críticas desde All Things Must Pass

El diseño del álbum y la fotografía estuvieron a cargo de Bob Cato con letra corrida de Mike Manoogian

El pequeño 3 en la parte de 1/3 del título del álbum aparece en todos lados no como 3 sino como el símbolo "Om".

A pesar de todo, el disco no se situó en los primeros puestos de las listas de éxitos, alcanzando tan sólo el #11 en Estados Unidos y el #35 en el Reino Unido

Entre octubre y noviembre de 1976 los videos promocionales de The Warner Brothers de las canciones: 'Crackerbox Palace', True Love' y This Song' son distribuidos a una serie de estaciones de televisión alrededor del mundo

Thirty Three & 1/3 fue certificado disco de oro por la RIAA en Estados Unidos y por la BPI de plata en el Reino Unido

 Delaney le prestó a Harrison una guitarra slide con cuello de botella uno de sus primeros descubrimientos en esta guitarra fue "Woman Don ́t You Cry For Me". Harrison diria más tarde que el título fue sugerido por Delaney; esta canción fue grabada en la epoca del álbum All Things Must Pass de 1970 pero no apareceria hasta este álbum

Harrison escribió "This Song" gracias al tecleo de la señorita de las notas a calculadora (algo así), que sonaba como un piano - driven boogie

Durante una promoción de George por Europa llega a Alemania donde el 05 de febrero de 1977 aparece en el programa de ZDF Disco 77 haciendo mimica para promocionar la canción This Song. En este viaje George aprovecha para promocionar su nuevo álbum 33 &1/3, visitar el famoso Star Club de Grosse Freiheit, el Indra y el Kaiserkeller clubs nocturnos en los cuales The Beatles tocaron en los sesentas

Terminada su agenda George y Olivia viajan a Acapulco en México donde atienden una fiesta con la prensa. (Sorpresivamente George aparece con un polo de The Beatles). Más tarde los Harrisons retornan a su casa en Los Angeles

Otro video promocional en octubre de 1976 fue grabado para acompañar a la canción en Friar Park, Henley On Thames en Inglaterra, en esta se ve a George con una chica paseandose en un bote con las palabras "True Love"; se ve al ángel de la guardia que no es otro que Neil Innes quien al final se termina yendo con la chica y dejando desconsolado al pobre George

Crackerbox Palace es el nombre de una mansión de Los Ángeles propiedad de Lord Buckley. La canción fue inspirada por una reunión de Harrison con un hombre llamado George Greif en el Festival de Música en Midem

El disco compacto viene con un folleto de 12 páginas contiene el arte de diseño y letras expandidas de la versión original con nuevas fotos, notas descriptivas y letras al completo. La descripción de las mayorias de canciones son extractos del libro de George "I Me Mine

Tras su publicación, Thirty Three & 1/3 obtuvo en general buenas críticas de la prensa musical. La revista Billboard lo describió como «un álbum soleado y alegre de canciones de amor y bromas alegres que es su paquete más feliz y comercial, con menos posturas altisonantes, de toda su carrera en solitario

 Robert Christgau, en su reseña para Village Voice, otorgó al álbum una calificación de B- y escribió: «No es tan mundano como George quiere que pienses —o como él piensa, por lo que sé— pero tampoco es una absoluta mierda

La crítica también destacó el trabajo de Harrison con la guitarra slide y el grupo de músicos que participaron en la grabación, que «hacen que valga la pena cogerlo si lo ves barato 

Amenaza




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martes, 21 de octubre de 2014

Posesión Demoníaca

Según determinadas religiones una persona es víctima de una posesión demoníaca, está endemoniada, o simplemente está poseída, cuando un espíritu impuro o inmundo entra en su cuerpo y le hace hablar y comportarse, no como ella quisiera, sino como el tal espíritu quiere. "Los signos exteriores de la posesión son casi siempre los mismos: la individualidad se desvanece y surge una distinta, demoníaca, que dura más o menos tiempo, a modo de un ataque", afirma Julio Caro Baroja. Este trastorno del comportamiento que se atribuye al apoderamiento del espíritu por uno o más demonios, desde el punto médico se considera un trastorno disociativo de la histeria y se le denomina «demoniopatía» o «demoniomanía».
Las referencias más antiguas de posesiones demoníacas datan de los sumerios, quienes creían que todas las enfermedades del cuerpo y de la mente eran causadas por «demonios de la enfermedad» llamados gid-dim. El sacerdote que practicaba exorcismos se denominaba ashipu, por contraposición a los asu, médicos que aplicaban vendajes.
Muchas tablillas de escritura cuneiforme incluyen plegarias a ciertos dioses pidiendo protección contra los demonios, y otras solicitaban a los dioses que expelieran a los demonios que invadían sus cuerpos.
Las culturas chamánicas también creían en la posesión demoníaca y los doctores chamanes también efectuaban exorcismos. En estas culturas, los decesos se atribuían a la acción de un demonio sobre el cuerpo del paciente.
En el Nuevo Testamento hay múltiples menciones a posesiones y exorcismos:
El primer cristiano que inició el estudio de las posesiones demoniacas fue san Hipólito, llamado el Punzador por su costumbre de utilizar agujas para encontrar las «marcas del demonio»: zonas de la piel anestesiadas que en aquel tiempo se atribuían a firmas del Satanás.
En la Edad Media y en los inicios de la Edad Moderna están documentados casos de supuestos endemoniados que fueron objeto de exorcismos. El famoso libro sobre la brujería publicado a finales del siglo XV, Malleus Maleficarum, detalla los exorcismos pueden efectuarse en diferentes casos. Incluso se creía que los animales eran objeto de posesión. Cientos de gatos, cabras, y otros animales fueron sacrificados debido a la creencia de que encarnaban o estaban poseídos por un demonio.
Los exorcistas y estudiosos del tema creían que las personas endemoniadas presentaban unos síntomas determinados, como poner los "ojos en blanco", la llamada xenoglosia, la aparición de "dermografismos", la conducta violenta o desorganizada o inhabitual para el paciente; y las convulsiones. A las que se añadían la memoria o personalidad «borrada», la respiración agónica, la aversión a lo sagrado,la aparición de enfermedades sin causa aparente, el acceso a conocimientos sobre sucesos distantes y ocultos y a lenguajes extranjeros o hablar y entender lenguas desconocidas por el sujeto, muchas de ellas "muertas", los supuestos cambios drásticos en la entonación vocal y en la estructura facial, la aparición repentina de lesiones, las cicatrices "espontáneas" y la fuerza desproporcionada.
En el siglo XVII algunos casos de supuesta "posesión demoníaca" fueron atribuidos a brujas y, sobre todo, a brujos. El método que se creía que utilizaban era la entrega de un objeto cotidiano a una persona que quedaba así "endemoniada", poseída por el Demonio de forma física, de ahí que en los exorcismos se utilizaran sustancias con un fuerte olor y sabor para obligar al demonio a que abandonara el cuerpo que había "ocupado". Por ejemplo, en el manual para exorcismos Flagellum daemonum de Mengus se dan recetas de extraños ingredientes para combatir los maleficios y las posesiones.
También se creía que los brujos utilizaban la posesión carnal de las mujeres a las que seducían para que fueran poseídas por el demonio. Fue el caso de un sacerdote, preceptor del convento de las monjas ursulinas de Aix, que en 1610 fue acusado de ser brujo y de haber abusado y endemoniado a las religiosas que estaban a su cuidado espiritual. Más famoso fue el caso de las endemoniadas de Loudun en el que el joven sacerdote Urbano Grandier fue acusado por la superiora del convento de Loudun de haber endemoniado a todas sus monjas, siendo quemado en la hoguera. Un caso similar tuvo lugar en el convento de San Plácido de Madrid en el que su director espiritual, fray Francisco García Calderón fue denunciado y condenado por la Inquisición española por haber seducido y endemoniado a las monjas, y también por ser "alumbrado". Estas últimas abjuraron de levi, sufriendo diversas penas y la superiora del convento, Teresa Valle de la Cerda, tras pedir la revisión de su caso confesó que fue poseída por un demonio llamado Peregrino y que hasta veinticinco monjas más estuvieron endemoniadas.
En aquellas religiones cuyos cultos consideran la existencia de entidades demoníacas, la posesión demoníaca es el término con que se describe el control interno, intermitente o permanente, por un demonio de las acciones del cuerpo de un ser humano. La demonología se dedica a su estudio.
Además de la religión cristiana existen religiones o culturas que consideran la existencia de demonios que causan algún tipo de malestar mental, físico o espiritual. Por ejemplo: en la cultura Islámica encontramos a los “Jinn” que son descritos como entes que pueden aparecer especialmente en forma de serpiente o de hombre para hacer maleficios a los humanos. Por otra parte en la mitología hebrea se hace referencia a dos tipos de demonios: los “e`irim” y los “shedim”. Ambos son demonios que interfieren en la vida de los hombres causándoles males. En la mitología japonesa se hablaba de los oni, que perjudicaban a los humanos de muchas maneras, y podían llegar a comerlos.
Muchas religiones tienen un protocolo para distinguir una posesión demoníaca de otro tipo de patologías de carácter no espiritual. En el caso de la religión católica, sólo se procede al ritual del exorcismo una vez los psiquiatras han estudiado el caso. La finalidad del exorcismo sería la expulsión del demonio o las entidades que tomaron el control del individuo.
Personas religiosas cristianas creen que los demonios pueden entrar en una persona de varias maneras, principalmente la práctica del espiritismo en sus diversas formas: invocación de espíritus de personas difuntas, pactos con el Satán, la astrología, la cartomancia, la Güija, etc.
También puede ser provocado en otra persona a través de prácticas satánicas, como misas negras, maleficios, mal de ojo, etc. En este caso, tanto la víctima, como los invocadores del maleficio pueden quedar infectados por uno o varios demonios.
Para los pensadores católicos, el demonio se puede manifestar sobre un plano puramente psicológico: lo hace a través de la obsesión o de las tentaciones obsesivas, por ciertas visiones inexplicables o/y alucinaciones; si su intervención se complica y toma la forma de desvaríos psicológicos o sobrenaturales, entonces se tratará de una posesión. En este caso, se podría poner en evidencia la presencia del demonio y su imperio sobre el cuerpo del poseído.
Se distinguen un estado de calma y un estado de crisis. El estado de crisis se deduce por las contorsiones, las explosiones de rabia, las palabras impías y blasfemas. El poseso entra en trance, perdiendo todo control, y, lo más a menudo, toda consciencia y memoria sobre lo que le está pasando.
Desde un punto de vista médico, la posesión demoníaca se considera una de las formas del trastorno disociativo que antiguamente se denominaba histeria. Se codifica en la clasificación internacional de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud como F-44.3 trastorno de trance o posesión o como F-44.81 trastorno de personalidad múltiple; también se halla incorporado en el Manual de Diagnóstico y Estadística en su cuarta versión. Comúnmente se le denomina «demoniopatía» o «demoniomanía» y se describe como la creencia del paciente de estar poseído por una divinidad o demonio, y de obrar bajo su control.
Su estudio médico comienza en 1791, cuando Eberhard Gmelin publica el primer caso de «doble conciencia»,[cita requerida] inaugurando así el estudio científico de esta rara patología que había sido atribuida desde siempre a supuestas entidades espirituales.
Algunos datos importantes son la publicación de Pierre Janet del caso «Aquiles», sobre un sujeto que en 1890 es poseído por el demonio y curado por el tratamiento hipnótico. Posteriormente, Joseph Breuer en colaboración con Sigmund Freud publica en 1895 los Estudios sobre la histeria, que se basa en el caso de Anna O, una joven con personalidad múltiple que hablaba en lenguas extranjeras. Continua el proceso Théodore Flournoy con el estudio de la medium Helene Smith, en su libro publicado en 1899 Desde la India al planeta Marte. En la actualidad, aunque poco publicitados, se ha continuado estudiando el trastorno con revisiones sobre temas tales como vudú, chamanismo, exorcismo, etc.
La medicina ha identificado una serie de trastornos psíquicos y neurológicos en los que se manifiestan fuerzas y aspectos desconocidos del psiquismo humano cuyos síntomas se parecen a lo que las religiones interpretan como signos de posesión demoniaca. Por ejemplo en 1608 el monje italiano Francesco Maria Guazzo, un ferviente creyente en la realidad de la brujería, señalaba en su Compendium Maleficarum que era difícil distinguir los signos indicativos de posesión de los síntomas de algunos trastornos mentales.
Por otra parte el neurólogo francés Jean-Martin Charcot fue el primero en percatarse de la similitud que mostraban los casos de histeria y los de posesión diabólica.
Otro síntoma que presentan las personas poseídas, son las reiteradas visiones y sentimientos que presentan, tales como sentir que un ente extraño les controla, sentimientos de ahogarse, quemarse, dolor, angustia y visión de entes, personas o espíritus extraños o ya fallecidos y que no son percibidos por los demás. Estos síntomas suelen aparecer en los diferentes tipos de trastornos disociativos, a menudo sobre todo en estratos socioeconómicos bajos o en regiones apartadas de la civilización y a menudo en cultos cristianos pequeños se confunden los síntomas de la esquizofrenia o los trastornos de ideas delirantes con manifestaciones de posesión demoníaca.
El tema de la posesión demoníaca ha sido más explotado por el cine que por la literatura. La película más famosa que aborda este tema es El exorcista, que retrata un caso de posesión demoníaca en el siglo XX. La cinta muestra todas las características que debe reunir una persona para determinar que está poseída: hablar un idioma que desconozca, odiar los símbolos sagrados cristianos, blasfemar, practicar la telequinesis y demostrar una fuerza superior a sus capacidades físicas. Cabe mencionar que el sacerdote, quien además es psiquiatra, es el personaje más escéptico y racional de la película y durante una buena parte, se niega a admitir la posibilidad de una posesión diabólica.
El exorcismo de Emily Rose ―dirigida por Scott Derrickson en 2005― se basó en el caso real de la joven Anneliese Michel, que murió por descompensaciones físicas el 30 de julio de 1976 después de haber sido sometida a varios exorcismos.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Three Souls In My Mind

Three Souls in my Mind fue un grupo de rock mexicano entre los años 1968 y 1983. El concierto mayor de la banda fue en el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro en los días de septiembre 11 y 12 de 1971 cuando ésta cerró el festival.

Al principio, TSIMM era grupo de cuatro piezas que tocaba canciones norteamericanas de Rock and roll y Blues. Alejandro Lora,cantante del grupo, había tenido contacto con el rock y el idioma inglés cuando era estudiante en Estados Unidos, hecho que dio a sus interpretaciones una medida de autenticidad. Desde un principio tuvieron la influencia musical del grupo mexicano de rock and roll Los Ovnis, ya que asistieron a algunas presentaciones de dicho grupo, esto entre 1967 y 1968. Luego de tocar en fiestas privadas para juniors capitalinos, estrenaron sus primeras canciones en español en el Festival Rock y Ruedas Avándaro de 1971, el llamado "Woodstock mexicano". En la ola de represión rockera posterior al festival de Avándaro, el grupo se acerca más a sus raíces urbanas y Lora empieza a escribir canciones que reflejan la vida cotidiana de la gente del Distrito Federal. Sus críticas abiertas contra la brutalidad policiaca y la corrupción política aseguran que sus temas no lleguen ni a la radio ni a la televisión. Sin embargo, logra una popularidad inmensa en México. Comúnmente se presentaban en lugares conocidos como "hoyos funkies" que eran lugares clandestinos donde los grupos iniciadores del Rock en México como Enigma, Dugs Dugs, Javier Bátiz y Three Souls in my Mind realizaban sus conciertos. Enigma y Three Souls in my Mind alternaban generalmente las cabeceras de todos los carteles de conciertos de Rock clandestinos en los años 70.

En 1984 el grupo se desintegra y tras una batalla jurídica, el baterista Carlos Hauptvogel se queda con los derechos del nombre "Three Souls in my Mind". Entonces Alejandro Lora firma un nuevo contrato con WEA bajo el nombre de su nuevo grupo, "El Tri", el cual que había sido usado como apodo entre los aficionados del grupo durante varios años. Además, la doble referencia al partido dominador "el PRI" y al apodo de la selección nacional de fútbol reforzaron el nacionalismo que ha sido la estampilla del rock mexicano.

Basados sólidamente en sus raíces en el rock y blues norteamericano, la integración de más músicos luego les permitiría incluir instrumentaciones de piano y de saxofón del tipo que luego caracterizarían las canciones de El Tri. Luego fueron influidos por el rock experimental, ácido, psicodelia, y blues duro. Como uno de los primeros y más exitosos grupos de rock mexicano, TSIMM ha sido bastante influyente en la creación de la industria rockera en México.

Para muchos fans del rock mexicano, los Three Souls In My Mind son considerados como una banda leyenda dentro de éste género. Después de su desintegración en el 1983, Alex Lora continuó la música de TSIMM bajo el nuevo nombre de El Tri. Alex Lora, Sergio Mancera "El Cóndor", Mariano Soto y Arturo Labastida "El Papaito", formaron El Tri. Hoy en día solo quedan recuerdos de los TSIMM y Alex Lora ha dicho públicamente que actualmente no hay comunicación entre Carlos Hauptvogel y él. Además, ha agregado que a causa de ello por el momento no existe ninguna posibilidad de algún re-encuentro. No obstante, Alex aun sigue cantando las fabulosas canciones clásicas de TSIMM; pero es muy raro que Alex cante las canciones clásicas en inglés. Por su importancia e influencia dentro del Rock mexicano posterior, Three souls suelen ser considerados aveces como los "Led Zeppelin" nacionales, además de ser contemporáneos musical y cronológicamente en años.

En realidad, el primer álbum se llamó únicamente Three Souls in My Mind, lo mismo que el segundo. El tercero no se llamaba originalmente "Oye Cantinero", sino igualmente Three Souls in My Mind. El álbum "La devaluación" no se llamaba originalmente así, en realidad se llamaba "No hay quiento malo", pero la disquera Cisne-Raff al darse cuenta de su error, ya que en realidad no era el quinto disco sino el sexto, le cambiaron el nombre al año siguiente.

sábado, 4 de octubre de 2014

México 1968

Los Juegos Olímpicos de México 1968, oficialmente conocidos como los Juegos de la XIX Olimpiada, fueron un evento multideportivo internacional, celebrado en la Ciudad de México, México, entre el 12 y el 27 de octubre de 1968. La Ciudad de México fue candidata a los Juegos Olímpicos de 1956 y a los de 1960, sin embargo, en ambas ocasiones las candidaturas fracasaron al recibir un mínimo de votos durante la elección. En 1963, la ciudad fue seleccionada como sede de los Juegos, venciendo a Detroit, Estados Unidos, Lyon, Francia y Buenos Aires, Argentina. A partir de ese momento se constituyó formalmente el Comité Organizador que trabajó de manera conjunta con el Gobierno Mexicano y algunas secretarías de Estado en la organización de los Juegos.
La mayoría de las instalaciones deportivas se ubicaron en la ciudad, a excepción de cuatro sedes —ubicadas en Acapulco, Guadalajara y Valle de Bravo— y tres estadios de fútbol. Para hospedar a los deportistas, jueces y entrenadores, se construyeron dos villas olímpicas —Libertador Miguel Hidalgo y Narciso Mendoza— además de hoteles y apartamentos. En total, participaron 5516 atletas —4735 hombres y 781 mujeres— de 112 países, que compitieron en 172 eventos de 20 deportes olímpicos —dieciocho deportes olímpicos y dos deportes de demostración—. Se prohibió la participación de Sudáfrica por sus políticas racistas, las Alemanias compitieron como países separados por primera vez, además de que naciones como El Salvador, Honduras, Kuwait, Paraguay, entre otros, hicieron su debut en los Juegos Olímpicos de Verano.
Tommie Smith y John Carlos protagonizaron un momento histórico al realizar el saludo del poder negro durante la ceremonia de premiación de los 200 metros. Diez días antes de la ceremonia de apertura se produjo la Matanza de Tlatelolco, donde el Ejército Mexicano y un grupo paramilitar atacaron una manifestación convocada por el Consejo Nacional de Huelga, lo que causó la muerte de decenas de personas. La altitud de la ciudad fue objeto de críticas, empero diversos eventos deportivos de prueba invalidaron los temores presentes.
Los Juegos de México fueron los primeros organizados por un país en vías de desarrollo, por una nación hispanohablante y los primeros realizados en Latinoamérica. Fueron también los terceros celebrados en otoño y los primeros con controles antidopaje y de sexo. Además, hizo su aparición la Olimpiada cultural. Estados Unidos fue el contingente olímpico más exitoso al obtener 107 medallas. Individualmente, Věra Čáslavská y Mijaíl Voronin, ambos gimnastas, fueron los atletas más condecorados. Bob Beamon realizó el «salto del año 2000» y Dick Fosbury creó una innovadora técnica llamada «Fosbury flop».
La exitosa candidatura de México a los Juegos Olímpicos de 1968 «se basó fundamentalmente en las instalaciones existentes y la experiencia en eventos anteriores». El 16 de octubre de 1925, la Junta General de Delegados decidió que los I Juegos Centroamericanos y del Caribe se realizaran en la Ciudad de México. Este evento tuvo lugar del 12 de octubre al 2 de noviembre de 1926 y en él participaron 269 atletas de México, Cuba y Guatemala. 28 años después, la capital mexicana volvió a celebrar los Juegos Centromericanos. En esta edición —VII— 12 países enviaron a un total de 1336 atletas que participaron en 20 deportes.
Al año siguiente, la capital de la República Mexicana celebró otro importante evento regional, los Juegos Panamericanos. México fue designado sede de la competencia panamericana durante el Tercer Congreso del Deporte de América realizado en Buenos Aires. Un punto a favor de México fue el «desarrollo económico que comenzaba a tener respecto a los demás países del continente», consecuencia del Milagro mexicano. Este desarrollo se reflejó, entre otras cosas, con «magnas construcciones», como la Torre Latinoamericana, el Estadio Olímpico Universitario y la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México. Los Juegos se celebraron del 12 al 26 de marzo de 1955 y en ellos participaron 2583 atletas de 22 países. Un tema polémico y presente en estos Juegos fue la altitud de la Ciudad de México que se hizo presente en las pruebas de esfuerzos prolongados. En 1962, la ciudad fue sede del Campeonato Mundial de Pentatlón Moderno.
La ciudad ya había sido candidata en dos ocasiones. En 1949, la candidatura de México a los Juegos Olímpicos de 1956 fue eliminada en la segunda ronda de votación, obtuvo nueve votos en la primera y tres en la segunda. El COI concedió la sede a Melbourne, Australia. En 1955, la ciudad realizó otra candidatura —Juegos Olímpicos de 1960— que una vez más fracasó. En esta ocasión la ciudad fue eliminada en la primera ronda al obtener solo seis votos, finalmente la sede seleccionada fue Roma, Italia.
El desarrollo económico y la industrialización de México durante los años 50 y 60, sumados a la inversión extranjera y la explotación de los recursos nacionales, convirtieron a México en un «candidato adecuado» para buscar la sede de los XIX Juegos Olímpicos. Así, el 7 de diciembre de 1962, la Ciudad de México lanzó su candidatura inicial para los Juegos Olímpicos. Otras tres ciudades: Detroit, Lyon y Buenos Aires también eran candidatas. Como una confirmación, el 29 de junio de 1963, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación un decreto presidencial suscrito por el entonces presidente Adolfo López Mateos en cual se autorizaba al Departamento del Distrito Federal —en colaboración con la Secretaría de Educación Pública— gestionar la candidatura.  El Comité Olímpico Internacional elaboró un cuestionario detallado que las ciudades candidatas se vieron obligadas a responder.
En su respuesta, la candidatura mexicana adjuntó un libro trilingüe de 180 páginas titulado "México", que contenía la documentación oficial de la petición de sede, un informe sobre las instalaciones deportivas, opiniones médicas sobre los efectos de la altitud en los atletas, información acerca de los eventos internacionales celebrados en México en años previos y sobre las condiciones climáticas de la ciudad, además de una semblanza histórica y cultural del país.  A pesar de la información presentada, el COI solicitó explicaciones verbales. Los delegados mexicanos rechazaron las versiones de peligro por la altitud de la Ciudad de México, además negaron que esta supusiera algún problema grave de adaptación física.
El 12 de octubre de 1963, el contingente mexicano arribó a la ciudad de Baden-Baden, Alemania Occidental tras un viaje de dos días desde la Ciudad de México. Alrededor de las 10:00 a.m. del 18 de octubre, durante la 60.ª Sesión del Comité Olímpico Internacional, inició el proceso de elección de la sede de los Juegos de la XIX Olimpiada. Este proceso inició con la presentación de Buenos Aires. 45 minutos después, la ciudad de Detroit realizó la exposición de su proyecto. Tras un largo descanso, a las 3 p.m. los franceses hicieron lo propio. Finalmente a las 4:15 p.m. las presentaciones finalizaron con la capital mexicana. Eduardo Hay,  Josué Sáenz, Marte R. Gómez y Alejandro Carrillo integraron el contingente mexicano. Además se contó con la presencia de Jesús Clark Flores, Pedro Ramírez Vázquez y Manuel Guzmán Willis.  
Durante la presentación del proyecto mexicano, Sáenz afirmó que el costo de albergar —comida y alojamiento— a los atletas sería de 2.80 dólares por día y para ello se ocuparían «los ingresos resultantes de comunicaciones». Por su parte, Hay defendió la postura de que la altitud de la Ciudad de México —2240 msnm— no afectaría a los altletas y comprometió a los organizadores a pagar los gastos de aclimatación de los deportistas que así lo solicitaran. También se mencionaron los eventos anteriores realizados en la capital y las plusmarcas logradas en ellos. Se habló de la «estabilidad política, la firme economía y las libertades sociales y políticas» además de la situación de las instalaciones ya existentes en ese año.  A las 5:40 p.m., miembros de las Federaciones Internacionales realizaron preguntas a los representantes. Lord Killanin e Yvar Vind se encargaron de supervisar la elección. Se repartieron 58 papeletas de votación, solo 54 fueron regresadas. Aproximadamente a las 7 horas, Otto Mayer anunció los resultados.
Tras escuchar el anuncio, el contingente mexicano estalló en aplausos y gritos de alegría. Inmediatamente después, Gómez y Clark agradecieron la elección de la Ciudad de México y se comprometieron formalmente a cumplir con todo lo prometido en el proyecto. La inesperada victoria de México provocó que «los capitalinos se volvieran locos y, en una u otra forma, externaran su júbilo por la noticia». El presidente Adolfo López Mateos describió la victoria como «una forma de reconocimiento al esfuerzo del Pueblo Mexicano». Senadores, gobernadores y funcionarios del Departamento del Distrito Federal, así como el secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz, hicieron declaraciones similares.
Para los medios mexicanos, el triunfo se debió al conocimiento del COI sobre las condiciones de México y a la defensa de los cinco oradores mexicanos.  Sin embargo, diversos factores dieron paso a la elección de la capital como sede de los Juegos; la llegada de Avery Brundage a la presidencia del COI —así como sus visitas al país—, el apoyo de López Mateos a la candidatura, la decisión del organismo de llevar el olimpismo a otros lugares del mundo,    e incluso los discursos en los que se apeló a las alianzas políticas de la Guerra Fría con lo que se consiguió el voto de los bloques «ruso», latinoamericano y africano en favor de la candidatura mexicana. 
Por su parte, los medios franceses se mostraron «decepcionados» por la elección de México, algunos incluso culparon al gobierno al señalar que la derrota era un «justo castigo a la perversidad de los poderes». En entrevista con L'Aurore, Brundage declaró: «Los delegados han estimado que la elección de México ayudará a la difusión y expansión del espíritu olímpico». En Detroit, el alcalde Jerry Cavanagh expresó su «amarga decepción». Y en Buenos Aires, los medios señalaron que los dos votos obtenidos mostraron que la capital argentina se encontraba «fuera de juego».
En los Juegos Olímpicos de México se celebraron 172 competiciones en 20 deportes.   Los deportes de demostración fueron el tenis y la pelota vasca. El tenis regresó al programa olímpico por primera vez desde los Juegos Olímpicos de París 1924 y no volvería al mismo hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984.  Con estos Juegos, la pelota vasca haría su tercera y penúltima aparición en el programa olímpico, siendo la primera vez en los Juegos Olímpicos de París 1900 y la última en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. 
El 28 de mayo de 1963, Adolfo López Mateos —por decreto presidencial— ordenó la creación del Comité Organizador de los Juegos de la XIX Olimpiada.  Sin embargo, fue hasta la elección de la Ciudad de México en octubre de ese año, que el Comité Organizador se constituyó formalmente. Tras la designación de México como sede, el puesto de presidente permaneció vacante. Por esta razón se creó la Comisión Ejecutiva dirigida por José de Jesús Clark Flores. Además de Agustín Legorreta —finanzas—, Pedro Ramírez Vázquez —construcción— y 18 secciones especiales encargadas de otros aspectos. Inicialmente, el Comité se encargó de «crear un inventario de instalaciones existentes y determinar que modificaciones serían requeridas». Más tarde, se procedió con la creación de un anteproyecto que sería presentado a Brundage en marzo de 1965. El 28 de junio de 1965, Gustavo Díaz Ordaz eligió a López Mateos como presidente del Comité.
Durante la 64.ª Sesión del COI —Roma, Italia—, el Comité presentó un reporte ante los miembros del COI. En la comparecencia se presentaron los costos de albergar a los atletas, la posible ruta de la antorcha olímpica y se abordaron temas como la transimisión de los Juegos, transporte y «visitas médico-deportivas». Además se abordó con especial atención la controversia de la altitud, incluso David Cecil, miembro del COI, propuso retirar la sede a México. Meses después, Mateos dimitió del cargo por razones de salud, por lo que se elegió a Pedro Ramírez Vázquez para reemplazarlo. El 24 de octubre de 1966, por decreto presidencial, el Comité Organizador transformó su estructura administrativa. Y finalmente, el 25 de julio de 1967, se estableció como una «organismo público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio».
Tras la llegada de Ramírez Vázquez, el Comité definió los lugares exactos de las sedes y formuló un programa de construcción, adquirió dispositivos de sincronización, instalaciones de prensa y equipos de cómputo, estableció el control técnico y horarios de eventos, la logística del recorrido de la antorcha, las ceremonias, el control de tráfico, la decoración urbana, etc. 
De esta manera, por medio de los equipos de cómputo, se crearon programas de ruta crítica:
La gestión de los programas necesarios para los Juegos se delegó a siete departamentos, además de departamentos especiales creados para las Villas Olímpicas y para el programa de Identidad Olímpica, que fueron supervisados por los altos cargos del Comité. Durante la organización de los Juegos, el Comité trabajó con organismos gubernamentales, diversas empresas privadas, el Comité Olímpico Internacional y las Federaciones Internacionales. La fluctuación en el número de empleados a lo largo de tres años fue de la siguiente manera:
Ante la necesidad de resolver la controversia de la altitud, el Comité Organizador llevó a cabo, entre 1965 y 1967, tres competiciones internacionales preolímpicas. La primera —Semana Deportiva Internacional— se llevó a cabo entre el 11 y el 17 de octubre de 1965. En ella participaron 508 atletas de 18 países que compitieron en eventos de atletismo, boxeo, ciclismo, esgrima, gimnasia, natación y saltos. Los estudios «médico-fisiológicos» realizados a los atletas en diversas etapas del evento establecieron un «claro resultado respecto a la adaptación del deportista a las condiciones». De esta manera se estimó un periodo de aclimatación de seis a ocho días.
La segunda —II Semana Deportiva Internacional— contó con 784 atletas de 25 países. Y la tercera —III Semana Deportiva Internacional— que además de reunir a 2564 deportistas de 56 países, ayudó a la prueba de instalaciones, la preparación técnica y la organización general. Tras esta última, los diversos exámenes médicos aplicados así como los resultados de las diversas competencias, prácticamente resolvieron el tema de la altitud.
Entre el 26 y el 30 de junio de 1968, el Comité Organizador y la Universidad Nacional Autónoma de México realizaron el Primer Congreso Internacional de Derecho del Deporte, al que se invitó a organismos y universidades. Al evento acudieron Gustavo Díaz Ordaz, Avery Brundage, Pedro Ramírez Vázquez y Javier Barros Sierra, además de 430 juristas de 30 países.
Algunas de las conclusiones más importantes fueron:
Los contingentes mexicanos acudieron a diversas conferencias internacionales, especialmente a las Sesiones del Comité Olímpico Internacional, donde el Comité Organizador se encargó que presentar reportes con los pormenores de la organización de los Juegos. En octubre de 1965, el Comité realizó su presentación durante la 63.ª Sesión del COI —Madrid, España—. En esta se habló sobre los avances en los experimentos hechos en México en relación con la altitud. Meses después, en abril de 1966, López Mateos presentó el reporte a los miembros del COI durante la sesión de Roma. En mayo de 1967, el nuevo presidente, Pedro Ramírez Vázquez, lideró el grupo mexicano que presentó el reporte de avances —además de un video sobre las sedes en construcción— durante la 65.ª Sesión del COI celebrada en Teherán, Irán. En ella se abordaron diversos temas como la distribución de las medallas, los avances en la construcción de sedes, el alojamiento y entretenimiento de los atletas, hospedaje, entre otras cosas.
Finalmente, en febrero de 1968, el Comité presentó su reporte final durante la 66.ª Sesión celebrada días antes de los Juegos Olímpicos de Grenoble 1968. En esta sesión, se reportó —hasta ese momento— un total de 2564 atletas y 905 periodistas registrados. Además se habló de los eventos de prueba realizados en las nuevas sedes, la Olimpiada cultural, la red de carreteras, el transporte y las instalaciones para la transmisión de los Juegos, entre otras cosas. El Comité Organizador no solo acudió a las reuniones del COI sino que también realizó algunas de ellas, por ejemplo: la 67.ª Sesión del COI, la Tercera Asamblea General de los Comités Olímpicos Nacionales, el XVII Congreso Mundial de la FIMS y reuniones de 15 Federaciones Deportivas Internacionales.
En total los Juegos Olímpicos de México 1968 tuvieron un costo de $175 840 000 dólares. De ellos $53 600 000 fueron utilizados para instalaciones deportivas, $16 560 000 para obras urbanas, $16 080 000 para la Villa Olímpica Libertador Miguel Hidalgo, $12 720 000 para la Villa Narciso Mendoza y $76 880 000 para gastos directos del Comité Organizador. La construcción de obras estuvo coordinada por el Comité Organizador y fue realizada por la Secretaría de Obras Públicas, el Departamento del Distrito Federal y el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos.   El 93.9% del total fue erogado en México y el restante 6.1% fue erogado en el extranjero.
En su V Informe de Gobierno, Gustavo Díaz Ordaz reportó un costo total de $2198 millones de pesos, se rebasó en $283 000 000 de pesos el monto señalado en el IV Informe de Gobierno; Para Díaz Ordaz este aumento se debió al «mayor gasto corriente que tuvo necesidad de realizar el Comité Organizador». El gasto corriente fue de $961 millones de pesos, de los cuales, $250 800 000 fueron recuperados mediante ingresos generados por los eventos, mientras que $710 200 000, fueron del subsidio que el Gobierno Federal realizó. Además se pagaron $159 600 000 a empresas públicas y a dependencias gubernamentales, por diversos servicios, tales como «pasajes de avión, primas de seguro, lubricantes y combustibles, arrendamiento de villas, impuestos y otros».
Tras discutir con artistas, escritores y expertos deportivos en una conferencia realizada en la Comédie-Française de París en 1906, el barón Pierre de Coubertin decidió integrar competiciones artísticas a los Juegos Olímpicos. Inicialmente se planeó que el primer «Pentatlón de las musas» —competición de arte en las categorías de escultura, pintura, música, literatura y arquitectura— se realizara en Londres 1908. Sin embargo, esto no fue posible por razones de tiempo. La primera celebración olímpica de arte se postergó hasta Estocolmo 1912.  Entre Estocolmo 1912 y Londres 1948, el programa olímpico incluyó competiciones artísticas, que también eran recompensadas con medallas.
Los «mediocres» trabajos entregados en las competiciones de Berlín 1936 y Londres 1948, además de la «insistencia de que solo participaran artistas amateur», llevaron al Comité Olímpico Internacional a suspender el pentatlón. Entre 1949 y 1952, el COI retomó la discusión, y tras «un controversial proceso» decidió cancelar definitivamente las competiciones de arte a partir de Helsinki 1952. En su lugar se realizaron festivales y exhibiciones culturales.
Los Juegos Olímpicos de México fueron los primeros con una Olimpiada cultural, un «evento alterno a las competencias deportivas», que comprendía actividades artísticas, culturales e incluso científicas. La presentación del folclore nacional y su diversidad cultural fue un «factor determinante en la formación del programa artístico». Tras la elección de la Ciudad de México como sede, se creó el Departamento de Actividades Artísticas y Culturales, que fue el encargado de organizar la olimpiada. En la 65° Sesión del COI, el Comité Organizador —COO— presentó el proyecto del Programa Cultural. El 22 de febrero de 1967, se publicó un estudio realizado por el COO en el que se decidió que la olimpiada tendría 20 eventos culturales divididos en cinco cateogrías.
La olimpiada, inaugurada el 19 de enero de 1968 en el Palacio de Bellas Artes, tuvo una duración de un año y logró reunir a 97 países. Durante la inauguración, se presentó el Ballet de los Cinco Continentes, asistieron el presidente de México, el presidente del COI, el Regente del Distrito Federal y el presidente del COO. Además se realizaron bailes de Grecia, México y África. El COO se encargó de proporcionar alimentos, alojamiento y transporte a los participantes.
Hubo representaciones cinematográficas, siete grupos de teatro, 27 grupos de danza, 14 orquestas sinfónicas, entre otros. Los países concursantes escogieron los eventos en los que participar, no se entregaron medallas y no hubo jueces. Inmediatamente después de ser invitados 69 países aceptaron participar, tras visitas realizadas por Pedro Ramírez Vázquez a diversos países se agregaron 28 participantes más.
Los eventos realizados fueron los siguientes:     [Nota 1]
A raíz de la Olimpiada surgió la idea de crear la Ruta de la Amistad, un corredor escultórico ubicado en el Anillo Periférico. Mathias Goeritz ideó el proyecto y contó con el apoyo de Pedro Ramírez Vázquez. La ruta tiene 17 km de largo y un total de 19 esculturas —más tres localizadas en el Estadio Azteca, el Estadio Olímpico Universitario y el Palacio de los Deportes— creadas por artistas de Japón, México, Polonia, España y Estados Unidos, entre otros. Las esculturas tienen una altura de entre siete y 22 metros y están alejadas una de la otra por aproximadamente kilómetro y medio. 
La selección de los escultores fue delegada a un grupo compuesto por un arquitecto, un crítico y un representante del Instituto Nacional de Bellas Artes. Del total de esculturas, 10 fueron construidas en su tamaño original, seis fueron reducidas y tres fueron aumentadas de tamaño. Las esculturas, que fueron hechas de concreto, fueron construidas con la ayuda del Departamento del Distrito Federal y la Secretaría de Obras Públicas.
Desde el momento de la candidatura de la Ciudad de México, el Comité Organizador —COO— dejó en claro que una de las ventajas de su proyecto era la infraestructura ya construida. Sin embargo, aún era necesario crear más. El COO reexaminó las instalaciones disponibles y elaboró nuevos planes. El presupuesto para mejoras llegó a $84 millones —gasto federal— más $75 millones de inversión privada. Sin embargo, no se incluyeron proyectos como autopistas o la creación del metro. Durante la 63° Sesión del Comité Olímpico Internacional, el COO afirmó que se evitarían las «inversiones anticipadas que implicasen procedimientos antieconómicos y que no permitiesen el uso inmediato de las instalaciones», lo que significó que las obras de construcción se iniciarían en 1966. En abril de ese año, Adolfo López Mateos reportó en Roma que las obras se encontraban en «etapa de planeación y diseño».
Tras los cambios a la organización del Comité introducidos el 24 de octubre, se creó la Dirección de Control de Instalaciones, cuyo trabajo fue vigilar el cumplimiento de «criterios y especificaciones» durante la construcción y, tras esta, operar y mantener las instalaciones. Además de realizar los programas arquitectónicos que más tarde fueron entregados a la Secretaria de Obras Públicas para la elaboración de los anteproyectos.
Tras los análisis, se decidió construir nuevas instalaciones:
La Secretaría de Obras Públicas diseñó el Canal de Remo y Canotaje, el Polígono de tiro y la Sala de Armas. Por otra parte, el Palacio de los Deportes, el Velódromo Olímpico, la Alberca Olímpica y el Gimnasio Olímpico fueron diseñados por arquitectos independientes. Con excepción de la pista del Velódromo, todas las instalaciones fueron construidas por técnicos mexicanos.  Las siete instalaciones se construyeron, acondicionaron y equiparon en un lapso de aproximadamente 521 días, mientras que las secciones habitacionales de las Villas Olímpicas en 455 días.
Algunas otras instalaciones ya existentes —27— fueron acondicionadas como sedes. Este acondicionamiento duró entre 44 y 686 días. Entre ellas destacan, el Campo Marte, el Estadio Azteca y el Auditorio Nacional. El Estadio Olímpico Universitario construido entre 1950 y 1952 y con una capacidad de 83 700 espectadores, fue elegido como el estadio olímpico. Asimismo, fue sede de las competiciones de atletismo y algunos partidos de fútbol. Se sembraron en total 448 719 m2 de siete diversas clases de céspedes, entre los que destacan el Lolium perenne, Poa pratensis y Festuca rubra, además de la siembra de 31 637 unidades variadas de plantas, arbustos y árboles de ornato, y la plantación de Taxodium mucronatum en varias sedes.
La Carta Olímpica —de 1967— establecía en su artículo 37 que:
El Comité Organizador deberá proveer una Villa Olímpica para hombres y una para mujeres, para que competidores y oficiales puedan ser alojados juntos y alimentados a un precio razonable. Las Villas deberán ubicarse lo más cercanamente posible al Estadio Olímpico, campos de entrenamiento y otras instalaciones. [...]
Tras un estudio, el Comité Organizador decidió construir dos edificios separados —uno para atletas y oficiales y otro para jueces y participantes de la Olimpiada cultural—. El primero fue llamado Villa Olímpica Miguel Hidalgo y el segundo Villa Olímpica Narciso Mendoza. Un total de 13 835 personas habitaron las villas por 20 días y fueron necesarios 6000 trabajadores. Entre el 12 y el 27 de octubre, el Servicio de Comedores preparó un promedio de 22 229 raciones de comida diariamente, en total se prepararon 356 467 raciones.
Se tendieron 452 141 camas. Se emplearon 14 600 almohadas, 14 736 colchas, 85 500 sábanas; 107 000 pastillas de jabón y 83 520 rollos de papel; 5994 litros de desinfectantes; 300 aspiradoras, 1000 escobas y 11 camionetas destinadas al traslado de ropa. Diariamente se recogieron 64 toneladas de basura. En total se emplearon 62 115 kilogramos de condimentos, 9925 de tres tipos de azúcar, 76 780 de aves de corral, 118 706 de carne, 31 811 de pescado y mariscos, 214 694 de fruta fresca, 335 777 de verduras, 386 040 huevos y 68 855 litros de leche.  El costo —entre el 12 de octubre y el 7 de noviembre— por persona fue de cuatro dólares e incluyó alimentos, alojamiento y transporte.
La Villa Olímpica Miguel Hidalgo —nombrada en honor a Miguel Hidalgo y Costilla, padre de la patria mexicana e iniciador de la Guerra de Independencia de México— fue construida al sur de la Ciudad de México en nueve hectáreas —más tarde fue ampliada con 20 000 m2—. La construcción —a cargo del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos — se inició el 2 de mayo de 1967. El 17 de septiembre de 1968, fue inaugurada por Gustavo Díaz Ordaz.
Constó de 5044 cuartos y 2572 baños en un total de 904 departamentos. Además incluyó un edificio de Control y Registro, seis edificios temporales para comedores, Centro de Prensa, un anfiteatro, pistas de tartán, dos gimnasios, estacionamiento, campos de entrenamiento, lavanderías, laboratorios, una estación de bomberos y alojamiento para el Destacamento Militar Olímpico.  Al finalizar los Juegos Olímpicos, los departamentos fueron puestos a la venta y la Villa se renombró como «Unidad Habitacional Villa Olímpica», mientras que los espacios deportivos fueron denominados «Centro Deportivo Villa Olímpica». 
La Villa Olímpica Narciso Mendoza —nombrada en honor a Narciso Mendoza, niño militar que participó en el Sitio de Cuautla— se creó con la finalidad de alojar a los árbitros, jueces, etc. Construida al sureste de la Ciudad de México, ocupó los bloques I y III de una zona residencial edificada por la Secretaría de Obras Públicas y el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos. La Villa se constituyó de 686 casas y 470 departamentos en un total de 3474 estancias y 1314 baños. El complejo, que se construyó entre el 1 de agosto de 1967 y septiembre de 1968, contó además con restaurante y cocina, cafetería, auditorio y un comedor para el Destacamento Militar Olímpico.  Tras los Juegos, los departamentos fueron puestos a la venta y la Villa se renombró como «Unidad Habitacional Narciso Mendoza».
El Programa de Información del COO se dividió en dos fases; la primera —el Programa de Identidad Olímpica— consistió en la creación de una imagen olímpica en México y la proyección internacional de esa imagen. La segunda fase abarcó la cobertura mediática de los Juegos.
El COO produjo cinco publicaciones especiales: Carta Olímpica —publicación quincenal realizada para informar sobre la «organización y progreso de la preparación» de los Juegos Olímpicos—, Noticiero Olímpico —contenía información sobre «los avances de los proyectos»—, Boletín Oficial —similar a los anteriores pero en «formato más grande y mucho más cuidado»—, Programa Cultural de la XIX Olimpiada —contenía información sobre la Olimpiada cultural— y, durante los Juegos Olímpicos, el Programa Oficial —con toda la información sobre los eventos deportivos—. Se publicaron más de 275 000 copias de una serie de once boletines especiales llamados: México-68, XIX Olimpiada. Además de 3 661 460 copias de 44 boletines informativos trilingües, 125 000 programas para las ceremonias de apertura y clausura, 65 000 programas generales ordenados por deporte y día, 2 850 000 copias de 19 panfletos informativos, 271 000 copias de 20 folletos con las disposiciones oficiales, entre otras impresiones.
Gracias a consultas entre el Departamento de Control de Instalaciones y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes se determinó la posición de cámaras y micrófonos, la forma de enviar las señales y las áreas que se asignarían en la Torre de Telecomunicaciones. En las sedes se establecieron 237 posiciones para televisión y 390 para radio; se instalaron además 146 cabinas especiales para los cronistas. La primera transmisión en color de los Juegos Olímpicos llegó a 600 millones de espectadores de todo el mundo. Telesistema Mexicano, difusora principal de estos Juegos, en colaboración con la SCT, se encargo de la difusión internacional, tarea para la que se creó un equipo de trabajo con la ABC, la CBC y la EBU. La Villa Olímpica, el Hotel María Isabel y la Torre de Telecomunicaciones fueron los principales centros de prensa. La Villa Olímpica, estuvo equipada con áreas de entrevista y traducción, 153 máquinas de escribir Olivetti, cubículos individuales para periodistas, cuartos oscuros, correo, teléfono, telégrafo, restaurantes, etc. Las instalaciones fueron proporcionadas para la recepción, transmisión y reproducción de los resultados, así como la impresión de blletines y otros comunicados.
En total se realizaron 12 356 llamadas de larga distancia, 7476 mensajes de télex, 7037 envíos telegráficos y 38 876 telegramas privados. Entre el 12 y el 27 de octubre se realizaron 4500 ampliaciones fotográficas, 152 000 entregas de correspondencias, la distribución de 63 000 boletines informativos y 3400 resúmenes de resultados. Gracias a la instalación de una estación en Tulancingo, Hidalgo, fue posible la retransmisión satelital a Europa. Este sistema fue empleado por un total de 225 horas y 14 minutos. La cobertura total de televisión a color con canales de audio fue de 938 horas y 39 minutos. En México, 498 estaciones de radio se encargaron de la cobertura de los eventos. En el interior de la república, 39 ciudades recibieron un total de 218 horas y 19 minutos de transmisión televisiva. La Oficina de Acreditación de Prensa registró 4377 representantes de medios de comunicación.
En la búsqueda de dar a los Juegos de México un estilo distintivo, el COO creó el Programa de Identidad Olímpica y con ello los departamentos de publicaciones y diseño urbano, los cuales trabajaron conjuntamente para «integrar los diversos aspectos relacionados con el diseño y las comunicaciones de la XIX Olimpiada». Eduardo Terrazas fue el coordinador general del programa y del diseño urbano y Beatrice Trueblood hizo lo propio en lo relativo a las publicaciones. El Departamento de Diseño Urbano fue el encargado de decorar el interior y el exterior de las sedes. Fuera de las sedes olímpicas se instalaron figuras de fibra de vidrio que representaban a los atletas en cada deporte, figuras llamadas «Judas», inspiradas en figuras pirotécnicas empleadas durante la Fiesta del Judas en México.
También se colocaron globos con el emblema México 68 y calcomanías con la imagen de la paloma de la paz. Se emplearon 50 000 m² de pintura para cubrir la plaza de Ciudad Universitaria. En las principales avenidas de la ciudad, los postes de luz se pintaron hasta una altura de 1.20 metros. El departamento también se encargó diseñar el pebetero y el podio. El 23 de diciembre de 1966, el Congreso de la Unión autorizó la acuñación de una moneda de plata conmemorativa con valor de 25 pesos. Una cara de la moneda muestra el Escudo Nacional de México y el reverso muestra una figura de un jugador de pelota más los anillos olímpicos.
Los principales colaboradores del proyecto fueron Terrazas —diseño urbano—, Trueblood —publicaciones olímpicas—, Manuel Villazon —equipo de diseño estudiantil—, Peter Murdoch —proyectos especiales— y Lance Wyman —diseño gráfico—. [Nota 2] Tras su llegada a México en 1966, Wyman estudió «diseños de indígenas regionales, artefactos aztecas, arte folclórico mexicano, artesanías regionales y la arquitectura de adobe». Tras sus investigaciones, se centró en dos «elementos fundamentales del diseño gráfico para posteriores desarrollos: línea y color».
La identidad combinó las formas de la iconografía tradicional mexicana y el op-art. De igual forma que el arte huichol, el op-art empleaba «líneas concencéntricas, paralelas, divergentes y convergentes». La precisición de las líneas y la simpleza de las figuras empleadas por el op-art, fueron adecuadas para comunicar «la racionalidad, eficiencia y actualidad alcanzadas por México en esa década». En relación a la identidad olímpica mexicana, Ramírez Vázquez afirmó: «ha tomado mucho tiempo olvidar la imagen de México, donde una figura cubierta por un sarape y un sombrero duerme bajo la sombra de un árbol. [...] La nueva imagen internacional de México se está creando este año olímpico . Es, por supuesto, completamente diferente, pero de ninguna manera se está haciendo un esfuerzo por crear una falsa imagen».
De acuerdo a Terrazas, con el proyecto se buscó «dar una imagen de país con rica historia y a la vez moderno, industrial». La identidad olímpica contó con una variedad de elementos gráficos y mobiliario urbano, como quioscos, botes de basura, señalizaciones, transporte, buzones postales, fuentes de agua, etc. También se crearon vestidos especiales para las edecanes, creados con base en el logotipo de los Juegos. Otra pieza clave del diseño de los Juegos fue el color. Se emplearon colores brillantes tanto para el decorado de las sedes y la ciudad en general como los pictogramas.
El logotipo de los Juegos se convirtió en el símbolo de estos Juegos en el mundo. En cuanto a los elementos gráfico, el emblema se conformó con líneas repetidas que «evocaban los diseños precolombinos y los colores vistosos propios de las artesanías nacionales». Según Terrazas, el logotipo, de «un diseño con un componente mexicano, pero modernizado por la geometría», fue resultado de la fusión de los anillos olímpicos con el número 68 y «líneas paralelas al estilo de tablas de los huicholes». La «configuración particular de las letras» dio paso a un alfabeto empleado como «unificante tipográfico» de los eventos y las sedes de los Juegos.
Durante el proceso de creación del logotipo, Pedro De Haro —jefe huichol— y un grupo de huicholes participaron con la creación de una serie de tablas que integraban el 68 y los anillos olímpicos. Aunque la idea fue originalmente concebida por Ramírez Vázquez, fue perfeccionada por los artistas huicholes. Tras la creación del diseño básico, Terrazas ideó la extensión de las letras. Finalmente, la aplicación del concepto fue llevada a cabo por Wyman. Para Dina Comisarenco, las líneas curvas combinadas con el número y los anillos «traslada visualmente el movimiento hacia la palabra México» asemejando las ondas en agua provocadas por el impacto de un objeto. Mientras que «el contraste de la tipografía contribuye a destacar a los anillos», que se convierten en los protagonistas, «el objeto que al caer en el agua pone a México en movimiento».
Los pictogramas olímpicos comenzaron a utilizarse en Berlín 1936. Sin embargo, «su impronta en la memoria internacional ha provocado su desvanecencia por la relación de esos Juegos con la ideología nazi». En Londres 1948, los pictogramas volvieron a aparecer, empero no eran un sistema de comunicación sino una serie de «ilustraciones que representaban los deportes». En Tokio 1964, los pictogramas combinaron tipografía, colores y símbolos para funcionar como una plataforma de comunicación olímpica.
Mientras que los pictogramas tokiotas emplearon a los protagonistas de los deportes, los de México 1968 se sirvieron de los accesorios de cada deporte o de una parte del cuerpo de los deportistas. Estos pictogramas, creados por Lance Wyman, Eduardo Terrazas, Betrice Colle y un grupo de estudiantes de la Universidad Iberoamericana dirgidos por Manuel Villazón, emplearon una amplia gama de colores, lo que acentuó su simplificación y concentración visual. Según Wyman, la iconografía fue similar a los glifos de las culturas del México prehispánico. Wyman también creó los pictogramas de la Olimpiada cultural, además del primer sello postal conmemorativo en honor de Martin Luther King.  El sello, emitido por México, incluia la paloma de la paz.
El 7 de diciembre de 1966, la Oficina de Control de Alojamiento comenzó a trabajar. En colaboración con la Secretaría de Turismo, estudió la disponibilidad de alojamiento y hospedaje, organizó las áreas de estacionamiento, controló la reserva de alojamiento y contribuyó a garantizar la existencia de boletos. La oficina contaba con 286 habitaciones en hoteles, además de 58 suites y apartamentos turísticos. También se organizó alojamiento en 3167 hogares privados y apartamentos. Se seleccionaron y entrenaron 1170 personas para desempeñarse como edecanes. La seguridad estuvo a cargo del Destacamento Militar Olímpico, creado con contingentes especiales de la Secretaría de Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional. En cuanto al tema migratorio, la Secretaría de Gobernación permitió el ingreso a la República Mexicana sin necesidad de visa consular del 14 de septiembre al 15 de noviembre de 1968.
Del 15 de septiembre a finales de octubre de 1968, un total de 188 388 turistas extranjeros ingresaron al país —un incremento del 37% respecto a 1967— por 75 puntos de entrada. Se construyó una nueva sección en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para vuelos chárter, que contó con sala de recepción, de inmigración y de descanso e instalaciones aduaneras. Se recibieron 72 vuelos chárter, además de 17 vuelos que fueron los encargados de transportar los 172 caballos destinados a competiciones ecuestres y de pentatlón moderno.
Los voluntarios se dividieron en dos categorías:
Entre el 1 de octubre y el 15 de noviembre, se instalaron ocho puestos de información en la ciudad. Los servicios médicos estuvieron regulados por un Grupo de Coordinación, que, en colaboración con la Secretaría de Salud, supervisó la prestación de atención médica general, la administración del aprovisionamiento de las cocinas y la inspección de las condiciones sanitarias en las viviendas, instalaciones de entrenamiento y competición y baños públicos. En las sedes, la Villa Olímpica, los hoteles María Isabel y Camino Real se construyeron instalaciones de atención médica, ofrecida también en unidades del Instituto Mexicano del Seguro Social. En total 1863 atletas y 837 participantes ajenos a las competencias recibieron atención médica. Fueron dadas 2817 consultas, 699 tratamientos, se aplicaron 46 férulas y 354 inyecciones. De septiembre a noviembre, los vehículos empleados por el COO recorrieron más de 4.8 millones de kilómetros, consumiendo más de 1.8 millones de litros de gasolina.
A pesar de la aprobación del COI, la elección de la Ciudad de México levantó quejas sobre la altitud de la misma —2240 msnm—.  Por ello comenzaron a aparecer comentarios «peregrinos e infundados» en la prensa internacional. Respecto a la controversia, Avery Brundage, presidente del COI, declaró: «Los Juegos Olímpicos pertenecen a todo el mundo, no solo a la parte que está a nivel del mar». Sin embargo, durante las Semanas Deportivas Internacionales efectuada en 1965, 1966 y 1967, estos temores fueron ampliamente invalidados. Los resultados de los diferentes eventos resolvieron, de una vez por todas, la controversia sobre la altitud. La altitud de la capital y el aire —con 30% menos de oxígeno que a nivel del mar— afectaron las pruebas de resistencia, sin embargo, las de velocidad y salto obtuvieron «buenos registros».
Los Juegos Olímpicos de México «representaban un Milagro mexicano que el movimiento estudiantil quería desenmascarar». Mientras que el movimiento buscaba que mediante los Juegos se atrajera la atención hacia los abusos del gobierno, este luchaba por evitar que el movimiento diera una mala impresión de México al mundo. Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, profesores, obreros, entre otros, protestaron contra el «autoritarismo gubernamental». Con consignas como ¡No queremos Olimpiada, queremos revolución!, los jóvenes «se oponían a la conservación del statu quo, a la simulación de un México democrático y al sistema de gobierno impuesto por el Partido Revolucionario Institucional», eran estudiantes «cansados de que se les impusiera un modelo que consideraban viejo y desvinculado de su realidad».
Tras manifestaciones multitudinarias llevadas a cabo en agosto e inicios de septiembre, el 18 de septiembre, el Ejército Mexicano ocupó Ciudad Universitaria y, cinco días después, el Casco de Santo Tomás.    El 27 del mismo mes, se realizó un mitin en la Plaza de las Tres Culturas. El 2 de octubre, miles de personas acudieron al segundo mitin convocado en la Plaza. Rápidamente soldados y tanques rodearon la plaza. Alrededor de las 6:10 p.m. el mitin fue atacado por el ejército y por un grupo paramilitar llamado Batallón Olimpia. En consecuencia, la manifestación fue dispersada, los principales líderes estudiantiles fueron detenidos, 39 civiles y dos militares fallecieron —según cifras oficiales; el número real de fallecidos se desconoce, algunas fuentes afirman que los muertos fueron miles—  y más de 500 fueron arrestados.
Al día siguiente, algunos periódicos nacionales calificaron a los manifestantes de «terroristas» y se les acusó de iniciar el enfrentamiento, de buscar «desprestigar a México» y de tratar de frustar los Juegos Olímpicos. El mismo día, el Comité Olímpico Internacional —con sede temporal en el Hotel Camino Real de la Ciudad de México— declaró que los Juegos se celebrarían en México a pesar de lo sucedido. Avery Brundage mencionó que los Juegos continuarían ya que la violencia no había sido dirigida hacia los Juegos. Antonio Carrillo Flores, secretario de Relaciones Exteriores, hizo lo propio ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Y José de Jesús Clark Flores dijo que «solo una tromba o un terremoto acabaría con los Juegos Olímpicos». El 9 de octubre, el Consejo Nacional de Huelga —órgano directriz del movimiento—, aceptó una tregua olímpica con el gobierno, por lo que accedió a no realizar ninguna manifestación entre el 12 y el 28 de octubre.
En la ceremonia de premiación de la final de los 200 metros planos, Tommie Smith y John Carlos, ganadores de oro y bronce respectivamente, subieron al podio descalzos y portando una insignia del Proyecto Olímpico por los Derechos Humanos —el ganador de la plata, Peter Norman, también portó la insignia tras ser invitado por los estadounidenses a hacerlo—. Tras iniciar el Himno Nacional de Estados Unidos, Smith y Carlos bajaron la cabeza y alzaron un puño. 
Tras realizar el saludo, Smith y Carlos fueron expulsados de su equipo y de la villa olímpica. A su regreso a Estados Unidos, fueron víctimas de abusos e incluso de amenazas de muerte. No obstante, el saludo es recordado como un importante acto protesta contra la discriminación y ambos son considerados «héroes por la comunidad negra por sacrificar su gloria personal por la causa». Sin embargo, la acción de Peter Norman le condenó al ostracismo; fue aislado por el sistema australiano y a pesar de haber clasificado no fue enviado a Múnich 1972. En Sídney 2000, fue el único atleta olímpico australiano excluido de la vuelta de honor. Tras un divorcio, problemas de salud y abuso del alcohol, falleció el 3 de octubre de 2006 víctima de un infarto agudo de miocardio.  
Con el fin de evitar la suspensión de Sudáfrica de los Juegos Olímpicos, en diciembre de 1963, el Comité Olímpico Internacional exigió al Comité Olímpico Sudafricano cambiar sus políticas deportivas racistas. Durante Innsbruck 1964, el COI debatió el asunto y, ante la inacción sudafricana, decidió retirar su invitación al SANOC, estableciendo que, de acceder a condenar el apartheid, podría ser reconsiderada la decisión. Sin embargo, el SANOC no cumplió con el requerimiento, por lo que el 18 de agosto de 1964, el COI prohibió la participación de Sudáfrica en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964.
Al año siguiente, la Organización para la Unidad Africana creó el Consejo Supremo para el deporte en África con el objetivo de preparar los Juegos Panafricanos y de evitar la participación sudafricana en el deporte. En la 65.ª Sesión del COI, celebrada en Teherán, Irán, el SANOC accedió, entre otras cosas, a enviar un equipo conformado por atletas de diferentes grupos raciales.
Tras los compromisos pactados y una visita realizada al país, el COI consideró factible invitar a Sudáfrica a participar en México 1968. Sin embargo, la decisión acarreó diversas críticas. En la sesión previa a Grenoble 1968, el COI procedió a invitar oficialmente a Sudáfrica a enviar su delegación a los Juegos. La decisión desencadenó una serie de protestas: los países africanos llamaron a boicotear los Juegos, de igual forma el Bloque del Este amenazó con realizar un boicot y en Estados Unidos una serie de atletas afroamericanos se negaron a participar. Tras discutir el problema, el COI accedió a revertir su decisión; revocó la invitación a Sudáfrica, justificándose en la «atmósfera de violencia alrededor del mundo». Finalmente los boicots planeados fueron cancelados.
Luego de ganar tres oros y dos platas en Tokio 1964, Věra Čáslavská se convirtió en una de las favoritas para México 1968. Sin embargo, en abril de 1968, firmó el «Manifiesto de las 2000 Palabras» en protesta por el involucramiento soviético en Checoslovaquia. Para evitar su arresto, Čáslavská huyó a Šumperk, un pueblo de montaña, donde continuó su entrenamiento empleando la naturaleza: un árbol como barra de equilibro y un prado para practicar sus ejercicios de suelo.  Finalmente, en agosto, el Pacto de Varsovia invadió Checoslovaquia. Solo tres semanas antes del inico de los Juegos, Věra obtuvo el permiso para participar.  A pesar de la rudimentaria preparación, en la competición de gimnasia, venció en cuatro eventos y en dos finalizó en segundo lugar. En la final de suelo, compartió el oro con la soviética Larisa Petrik, luego de que los juces cambiaran controversialmente los puntajes y declararan un empate.  En la ceremonia de premiación, tras entonar el Kde domov můj?, Čáslavská agachó la cabeza cuando sonó el himno nacional de la Unión Soviética.
Las «protestas silenciosas» de Věra Čáslavská significaron el fin de su carrera deportiva. En 1969, las autoridades le exigieron retirar su firma del «Manifiesto de las 2000 Palabras». Ante la negativa de Čáslavská, le prohibieron viajar fuera de Checoslovaquia, así como participar en eventos deportivos públicos tanto en su país como en el extranjero.  10 años después, José López Portillo solicitó al gobierno checo permitir que Čáslavská entrenara a las gimnastas mexicanas. Bajo la condición de que México vendiera petróleo a Checoslovaquia, Čáslavská y su esposo —Josef Odložil, con quien se casó en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México poco después de los Juegos Olímpicos— se trasladaron a tierras mexicanas de 1979 a 1981.  Más tarde, se le permitió volver a trabajar como entrenadora y jueza en su país, ocupó importantes cargos relacionados con el deporte checoslovaco y en el Comité Olímpico Internacional. 
James Metcalf, ganó la comisión de crear la antorcha olímpica de los Juegos. La antorcha tuvo una longitud de 52.3 cm y un peso de 780 g. Se diseñaron dos tipos de antorchas. El combustible empleado era sólido y consistía de nitratos, azufre, carbonatos de metales alcalinos, resinas y siliconas, estos materiales lograban que la flama ardiera durante más tiempo y ocasionalmente, bajo condiciones extremas producía una flama brillante de color amarilla-roja, sin embargo, ocasionalmente sucedieron explosiones que ocasionaron quemaduras leves a algunos portadores.  En Barcelona y Medinaceli ocurrieron explosiones menores. La causa de estas explosiones fue atribuida al contacto demasiado rápido entre una antorcha encendida y una no encendida, más tarde se tomaron precauciones para evitar la repetición de estos incidentes.
La ruta, planeada por el Comité Organizador en búsqueda de emular la ruta que recorrió Cristóbal Colón durante el descubrimiento de América, simbolizó la «unión de las culturas clásicas del Mediterráneo con las de América».  El COO contó con la colaboración de los gobiernos de Grecia, Italia y España. En este recorrido, por primera vez, corredores de los diferentes países situados a lo largo de la ruta portaron la antorcha.
El recorrido se inició el 23 de agosto de 1968, cuando la actriz griega María Mosxoliou colocó una pequeña cantidad de resina en un recipiente reflejante cóncavo de metal. A las 10:30 de la mañana, los fuertes rayos solares encendieron la resina, oficialmente la llama olímpica comenzó a arder. Esta fue trasladada a una ánfora pulida y llevada al Templo de Hera. Allí, la primera antorcha olímpica fue encendida y llevada al Templo de Zeus, tras pasar por la tumba de Pierre de Coubertin se inició la ceremonia de la Llama Olímpica, celebrada junto con la interpretación del Imnos eis tin Eleftherían y del Himno Nacional Mexicano. A continuación, la antorcha llegó a Pirgos, primera escala del recorrido. De Pirgos, fue llevada a Laelia, Patras, Egio, Xylokastro, Kiato, Corinto, Megara, Leusis y Atenas, donde, el 24 de agosto, se celebró una ceremonia especial en el Estadio Panathinaikó. Al día siguiente, la antorcha fue transportada hasta el puerto de El Pireo, donde abordó el destructor griego H.H. Navarino con destino a Italia. El 27 de agosto, llegó a Génova, donde el Comité Olímpico Griego la entregó a sus homólogos italianos. Se realizó una ceremonia en honor a Cristóbal Colón, después de la cual 22 corredores la llevaron hasta el puente central de la Porta della Soprano. Al día siguiente, fue llevada a la base naval de Ponte dei Mille, donde abordó el Palinuro, un buque escuela de la Marina Militare.
El 30 de agosto, la antorcha olímpica llegó a Barcelona, al puerto donde Colón fue recibido a su regreso de la expedición del descubrimiento de América. El capitán del Palinuro entregó la antorcha al vicepresidente del Comité Olímpico Español, quien la llevó a la orilla y la entregó al primer corredor español. Este corrió a la Plaza de Cataluña y la depositó temporalmente en una urna. Desde Barcelona, la antorcha cruzó las provincias de Cataluña, Aragón, Huesca y se instaló brevemente en el Templo de la Virgen del Pilar en Zaragoza. Tras su paso por la provincia de Soria, llegó a Medinaceli. Cuando llegó a Madrid, fue llevada a la Plaza Colón, donde se realizó una ceremonia. Luego, en su paso por Sevilla y Trujillo, los corredores llevaron la llama hasta el puerto de Palos, a donde llegaron el 11 de septiembre. La última etapa de su viaje a través de España fue realizada por Cristóbal Colón Carbajal, un descendiente directo de Colón.
En Palos, la llama fue llevada a bordo de la corbeta Princesa, proporcionada por el Gobierno español para cruzar el Océano Atlántico. La ruta española constó de 1286 kilómetros, recorridos en 88 horas. Fue recibida en Las Palmas, Canarias, el 14 de septiembre. Quince días más tarde, la Princesa arribó a San Salvador, en el lugar exacto del primer desembarco de Colón en el Nuevo Mundo. El Comité Organizador y la Asociación Olímpica de Bahamas colaboraron en un programa especial que conmemoró este vínculo simbólico de dos eventos: el primer desembarco en América y la primera aparición de la llama olímpica en el Nuevo Mundo. En el centro de una plaza formada por cinco niveles circulares diseñados para representar los anillos olímpicos, se erigió un monumento para recibir la llama.
Luego de las ceremonias, la antorcha salió de San Salvador con rumbo a Veracruz a bordo del destructor mexicano Durango. En la tarde del 6 de octubre, el Durango llegó al puerto de Veracruz, donde fue llevada a tierra por diecisiete nadadores, que la llevaron en relevos de aproximadamente 850 metros; el último nadador entregó la antorcha a un miembro del Comité Organizador. Él, a su vez, la entregó al primer corredor mexicano, quien comenzó el corto viaje al Estadio Municipal. Después de un programa de danzas folclóricas y música, la antorcha fue llevada por las calles de la plaza principal, donde Mosxoliu la transfirió a una gran urna. Al día siguiente, fue llevada a Xalapa, en un viaje de siete horas y cuarenta minutos. Fue trasladada al Palacio Municipal, donde pernoctó. Más tarde fue llevada a Orizaba. En el camino, la llama se detuvo brevemente en Córdoba. Luego fue trasladada a la Ciudad de Puebla. Cuatro veces entre Xalapa y Puebla, vientos huracanados pusieron en peligro la llama, sin embargo cada vez que sucedía se encendían antorchas de seguridad en Olimpia. [Nota 3]
En la mañana del 10 de octubre, la antorcha llegó a Tlaxcala, donde pasó por las localidades de San Martín Texmelucan, Apizaco y Huamantla. En Huamantla, 2500 artesanos locales crearon una alfombra de flores y arena blanca —de más de tres kilómetros de longitud— para la recepción de la llama. Luego, en el camino a Teotihuacán, pasó a través de Llano Grande, Los Reyes Acaquilpan, Texcoco, Chiconcoac, Tizayuca, Tequisitlán, Tepexpan, Acolman y Acatlongo. En Teotihuacán a las 7:00 pm del 11 de octubre, fue instalada en la explanada de la Pirámide de la Luna, de esta manera inició a la Ceremonia del Fuego Nuevo.
Al día siguiente, comenzó el tramo final del recorrido, desde Teotihuacán hasta la Ciudad de México. A las 10:00 horas llegó al Monumento a la Raza, en una breve ceremonia se encendieron dos antorchas, una fue transportada vía avión a Acapulco y la otra al Museo Nacional de Antropología. La llegada de la antorcha a la entrada principal del Estadio Olímpico Universitario, sucedió en la mañana del 12 de octubre. Fuera del estadio fue recibida por un cadete militar, quien la entregó a la atleta Enriqueta Basilio —la primera mujer en la historia de los Juegos que transportó la antorcha en su recorrido final—. Entró al estadio y dio una vuelta a la pista. Después de subir las escaleras que conducen al borde del estadio, encendió el pebetero olímpico y levantó la antorcha en dirección a los cuatro puntos cardinales.
Durante 55 días, la antorcha olímpica recorrió 13 620 km, 2778 atletas y muchas escoltas la transportaron. Las lámparas de seguridad encendieron 30 antorchas de emergencia, el 15 de octubre a las 10:30 p.m. fue apagada la última lámpara. La llama olímpica se extinguió a las 7:21 p.m. del domingo 27 de octubre durante la ceremonia de clausura.